Del Azufre y del Mercurio. Compuesto de los Compuestos

De sulphure sequitur

Sulphur autem ut scimus invenitur habere tres humiditates.
Prima est valè aërea & ignea extrinsecis partibus adhaerens propter eorum elementorum evolationem, quae similiter evolant, & superficiem rerum in quarum conveniunt commixtione consumunt.
Aliam autem humiditatem habet phlematicam seu aqueam, sub illa proximè stante in partibus rei.
Tertiam humiditatem habet radicalem & infixam & inmersam partibus terminantium ad compositionem, & ista solum est generalis, & ideo non de facili separatur ab ipsa sine totius rei destructione. Prima igitur ignem nos sustinet, sed cremabilis exterius, quae incenditur in igne, & cremat substantiam metalli cum quo coquitur. Et ideo non solum inutilis est, sed etiam nociva proposito. Secunda est partes rerum humectans, sed non generans, neque augens igne evaporat, & nec aliquid confert proposito.
Tertia verò radicalis est & essentialis partibus rei imbibita, ex quia etiam partes essentiales constant. Oporter ergo quod a duobus superfluis primis sulphur sit mundatum, & subtilitas tertiae facit optimam commixionem. Calor enim sulphuris est vapor, & máxime sulphuris bene mundati & subtilitati optimè dealbat & fortissime condensat, proper hoc perititi Alchymistae per acutas loturas solent auferre à sulphure praedicas duas superfluiditates, ut est acetum citrinum, lac acerosum seu caprinum, urina puerorum & fortia lixivia per ablutiones, decoctiones & sublimationes. El postea adhuc rectificare per solutionem, ut remaneat pura substantia in qua est virtus activa metalli & perfectiva, & propinqua. Et sic habemus patrem mirabilis operationis.

De Argenti vivi natura

Argentun vivum habet duas substantias superfluas, unam scilicet terream, aliam aqueam.
Substantia autem terrea aliquid habet sulphuris, & igne rubificatur per se.
Aquea autem superfluan habet humiditatem. A terrea autem & aquea superfluitate mundatur substantia optimé per sublimationes & loturas acutissimas.
Natura enim ipsum siccum a sulphure sublimat, & mundatur à terra calore Solis & stellarum. Natura itaque purum & à terrea substantia benè lotum, & à supefluitate disiccatum cum sulphure dissiccatum cum sulfure mundo, ut praemissum est, generat in venis terrae corpus metallicum purum & mundum, & de impuro impurum. Et sic in his venis diversitas corporum secundum diversitatem mundationis & disgestionis ipsorum, sicilicet sulphuris & argenti vivi. El hic est decoctionis.

Se sigue del Azufre

Por su parte se encuentra como sabemos que el azufre tiene tres humedades.
La primera es fuertemente aérea e ígnea a las partes exteriores adherente a causa del vuelo de sus elementos, los cuales se van volando del mismo modo, y consumen la superficie de las cosas en las que convienen en una mezcla.
Por su parte, tiene otra humedad flemática o acuosa, bajo aquella que está muy cerca en la partes del cuerpo.
Tiene una tercera humedad radical y fija e inmersa en las partes de las que determinan la composición, y esta es solo particular, y por eso no es separada fácilmente de la misma sin la destrucción de todo el cuerpo.
Asi pues la primera no soporta el fuego, sino que es combustible en el exterior, la cual es encendida en el fuego y quema la sustancia del metal con el que es cocida. Y por eso no solo es inútil, sino además nociva al proposito.
La segunda es humectante de las partes de los cuerpos, pero no generante, ni acrecentadora se evapora con el fuego y no aporta nada al proposito.
Conviene, por tanto que de las dos primeras supérfluas el azufre sea limpiado y la sutilidad de la tercera haga una mezcla optima. Pues el calor del azufre es un vapor y el de un azufre máximamente bien limpio y sublimado mejor blanquea y condensa fortísimamente: Por esto los Alquimistas sabios por lavados fuertes suelen quitar del azufre la dos superficialidades antedichas, como es el vinagre cítrico, leche agria o caprina, orina de niños y legía muy fuerte por medio de abluciones, decocciones y sublimaciones. Y despues de esto suelen rectificarlo por disolución, para que permanezca la sustancia pura en la que esta la virtud activa y perfectiva y muy cercana del metal. Y así tenemos el padre de la operación admirable.

De la naturaleza del Mercurio

El mercurio tiene dos sustancias superfluas, a saber, una térrea, la otra acuosa.
Por su parte, la sustancia terrea tiene algo de azufre, y por el fuego se rubifica por sí misma.
Por su parte, la acusosa tiene una humedad supérflua. Pero de la superfluidad térrea y acuosa es limpiada la sustancia optimimante por sublimaciones y lavados acidísimos.
Pues la naturaleza sublima al mismo, seco, del azufre (o por el azufre), y es limpiado de tierra por el calor del Sol y de las estrellas. Y la naturaleza puro y de la sustancia terrea bien lavado, y secado de la superfluidad con azufre, secado con azufre limpio, como es anunciado antes, genera en las venas de la tierra un cuerpo metálico puro y limpio, y del impuro un cuerpo impuro. Y así en estas venas la diversidad de los cuerpos segun la diversidad de la limpieza y digestión de los mismos, es decir del azufre y del mercurio. Y esto es propio de la deccocion.

 

Humedad (humiditas) en griego se dice de varias maneras. Una de ellas es poton, potoj (poton, potos), que también denomina la bebida, el vino, el agua. En latín la palabra que deriva de la griega es potus, bebida, brebage y también ébrio, borracho. Aberto el Magno habla a continuación de la volatilidad. Curiosamente en griego, la palabra pwtheij (poteeis) es volátil, que en latín se puede expresar indirectamente con el término alatus, que tiene alas.

Parafraseando el comienzo del texto del azufre podríamos decir que es un agua o un cuerpo que fácilmente puede tener estado líquido, bien por fusión bien por disolución, del cual salen tres "aguas": una flema, un liquido corrosivo y un cuerpo fíjo.

Alberto el Grande añade que el mercurio tiene una sustancia terrea que se rubifica por si misma en el fuego.

Uno de los cuadros más sorprendentes sobre la orina de los niños es el que sigue, obra del pintor renacentista Lorenzo Lotto, titulada Venus y Cupido.

Esta extraña composición se suele interpretar como una alegoría de la fertilidad, pues se supone que el lienzo fue pintado con motivo de la boda de sus sobrino, Mario d’Armano. Cupido orina a Venus, a través de una corona de mirto (vegetal atribuido a Venus), que sostiene en su base un incensario.
Los Alquimistas suelen identificar a Venus con el azufre. El texto de Alberto Magno habla de lavar el azufre con la orina de los niños, por lo que este cuadro parece recoger la misma idea.

Es interesante considerar que Cupido es el hijo de Venus, por tanto ambos son de un mismo origen. Aunque las alas de Cupido, nos indican que es volátil. Cupido es el nombre latino del Eros griego, es decir el dios del amor. Y la metáfora más fiel para representar el amor sería que es una atracción poderosa: un imán. Los latinos llamaban al imán, magnes lapis, piedra de Magnesia, o simplemente magnes, raíz originaria de magnético. Bellus asegura: Este secreto procede de dos componentes: a saber del azufre y la magnesia (Hoc arcanum ex duabus procedit compositis: sulphuris scilicet & magnesia).

En el pubis y los muslos de la diosa hay pétalos de rosa blancos y rosados. También aparecen una vara y a su lado una serpiente, los dos elementos que forman el caduceo, símbolo del Mercurio Filosófico.

Sobre la cabeza de Venus cuelga una concha. Por su forma recuerda a una variedad de la misma, la especie Charonia lampas, que curiosamente en griego se llama khrix (kerix), término que designa también al heraldo, mensajero, predicador, apóstol y gallo. Hermes/Mercurio era el mensajero de los dioses.

Del libro Compositum de Compositis (El Compuesto de los Compuestos) de Alberto Magno. Extraído del Volumen IV del Theatrum chemicum, praecipuos selectorum auctorum tractatus de chemiae et lapidis philosophici antiquitate... de 1613.